Tantos anos de silencio

En el año 2006, Ánxela dirige la exhumación de una fosa común de la Guerra Civil en el pazo de Vila Flavia, en Galicia. La excavación, además de los resultados más o menos esperados, provoca el descubrimiento de los restos de una mujer enterrada junto a un libro de poemas. Para conocer la identidad del cuerpo localizado, Ánxela se ve obligada a enfrentarse a los obstáculos impuestos por el anciano dueño del pazo y por su ayudante personal Duarte, que impiden por todos los medios que se conozca la verdad sobre los trágicos sucesos vividos en aquel lugar en 1936. La investigación da pie al desarrollo de una historia que traslada al lector al tiempo histórico de la Segunda República y el inicio de la Guerra Civil, de modo que se alternan a lo largo de toda la novela la acción del plano contemporáneo, en la que Ánxela desarrolla su personal búsqueda al tiempo que se enfrenta también al maltratador de su exmarido, con la acción del pasado, protagonizada por el doctor Emilio Varela, símbolo del proyecto sociocultural republicano, su hija Ana, a quien sabremos que pertenecen los restos mortales encontrados, Darío Rocha y Ramón Gándara. Mientras este último va desarrollando sus dotes como poeta y logra conquistar el amor de Ana, Darío, también enamorado de ella, se marcha a Zaragoza para formarse como militar. En julio de 1936, con motivo de la sublevación militar contra la República, Rocha regresa para vengarse de la que había sido su familia y quedarse con sus propiedades, objetivo que parece cumplido. Sin embargo, Ánxela consigue descubrir que el actual dueño del pazo no es quien todos piensan, sino que su verdadera identidad se corresponde con la del desconocido escritor Ramón Gándara, que siete décadas atrás acabó con la vida de Darío tras haber matado este a Emilio y a Ana.