Resumen
A la muerte de Domingo, su familia se reúne para depositar sus cenizas sobre el pantano que cubre el pueblo de Ferreras, el lugar donde nació y donde vivió hasta que, en la década de los cincuenta, todos los vecinos del municipio fueron expulsados, debido a los planes hidrológicos de las autoridades franquistas. Como en muchas zonas rurales, los proyectos de la dictadura establecieron la construcción de pantanos en zonas estratégicas que implicaban la anegación de numerosos poblados, de modo que obligaron a sus vecinos a abandonar las casas y a trasladarse forzosamente a tierras llanas o colonias de nueva construcción.
Estructurada en diecisiete pequeños capítulos, la novela da cuenta de la vida de Domingo y de toda su familia desde su infancia y juventud en Ferreras, hasta la expulsión a la laguna, la tierra llana, donde se desempeñó como campesino y de donde salió el resto de su estirpe en un continuado éxodo rural que sucedió en España en los años sesenta y setenta.
Cada capítulo da voz a uno de los miembros de la familia, comenzando por su mujer (Virginia), sus hijos (Teresa, José Antonio, Virginia -hija- y Agustín), sus nietos (Raquel, Susana, Daniel, Álex, Laura, Jesús o Virginia -nieta-) y otras figuras familiares (los yernos de Domingo, Miguel y Emilio; su nuera Elena; o la novia italiana de uno de los nietos, María Rosaria). A través de sus recuerdos, se muestra la experiencia del desarraigo y el sufrimiento de Domingo y de Virginia al ser expulsados a la fuerza de su pueblo, sus emociones ante el abandono de su lugar natal (melancolía, tristeza, rabia), la desolación por dejar a su primer hijo (Valentín) enterrado y sumergido en el antiguo pueblo, los esfuerzos en la laguna por trabajar la tierra para sacar a su familia adelante y la paulatina dispersión de las siguientes generaciones, hijos y nietos, fruto del progresivo abandono del campo en favor de las ciudades en tiempos del desarrollismo franquista.
El último capítulo lo cierra un anónimo automovilista que observa el grupo familiar ante el pantano, incapaz de entender sus propósitos y confundiéndolos con turistas. Esta escena opera metafóricamente como la amnesia colectiva por unos destierros forzosos durante la dictadura que afectaron a más de 300 localidades y más de 50.000 personas.