Resumen
El narrador, un estudiante gallego, realiza una tesis doctoral en Nueva York sobre los pueblos de colonización de A Terra Chá, en Galicia, su lugar de origen, y la participación del gobierno de los Estados Unidos en estos planes del franquismo. Tales planes, llevados a cabo por el Instituto Nacional de Colonización en toda España, aprovechaban los planes hidráulicos y la construcción de presas para establecer pueblos de nueva construcción, donde, por un lado, poder alojar al campesinado expulsado de los poblados anegados por el agua de los pantanos, y, por el otro, conseguir que esos colonos dominasen la tierra llana y la convirtiesen en terreno productivo para la agricultura.
El protagonista convive con su pareja, Mariana, y conforma una comunidad de estudiantes extranjeros que sobreviven en una Nueva York cada vez más hostil. Mediante sus investigaciones en bibliotecas, archivos y trabajo de campo, contando con el testimonio de numerosos colonos de A Terra Chá, el protagonista adquiere conciencia de cómo ese proceso de expulsión y establecimiento de colonos y pueblos de colonización sirvió para desarticular las comunidades rurales gallegas e insertar al campesino tradicional en una lógica de producción capitalista que beneficiaba al régimen dictatorial. Al mismo tiempo, comprende el funcionamiento de dichos asentamientos: la obligatoriedad de establecerse con la familia, el pago en especies obligatorio durante décadas al Estado para poder adquirir la propiedad de la casa y la tierra, los mecanismos de control ideológico de la población o el miedo a la expulsión del pueblo si no se cumplía con las cuotas mensuales de producción agrícola.
Entre los papeles que consulta, como el cuaderno de campo del mayoral del nuevo pueblo de colonización, el estudiante encuentra la historia de Leonita, quien a la muerte de su marido, Arturo, decidió abandonar el pueblo de colonización y regresar a la aldea de la que había sido expulsada.
Para completar su investigación, el protagonista, junto a su pareja, su padre y su hermano, viaja a la aldea de Negueira de Muñiz, el pueblo de donde fueron expulsados los que habían de ser colonos en A Terra Chá. Allí encuentra una comunidad de ocupas que decidieron años atrás establecerse de manera ilegal, y que viven de manera autogestionada. Gabriel, uno de los habitantes, acompaña a la pareja en su recorrido y cuenta la historia de una mujer que regresó del pueblo de colonización a la muerte de su marido, y pasó el resto de sus días rastreando en el monte y viviendo pobremente en su casa. El protagonista comprende que se trata de Leonita, la mujer cuya historia leyó en el cuaderno del mayoral. Cuando deciden visitar la casa de la mujer, el narrador encuentra un desván repleto de maletas y documentos, que son en realidad las escrituras de propiedad de las distintas casas de la aldea, escondidas por sus antiguos propietarios en el monte en los días de la expulsión.
La novela se cierra con el viaje de regreso del protagonista y su familia, y las evocaciones del narrador sobre su condición de emigrante. Al parar en la casa familiar, el padre, ya mayor y con una enfermedad que le impide caminar, le enseña al hijo las esculturas que está realizando gracias a los desechos que encuentra por el pueblo. El hijo queda conmovido por la tenacidad del padre de crear arte con desechos.