Resumen
En una cafetería a las afueras de Madrid, el narrador se dispone a explicarle a María los motivos de su ausencia durante los días anteriores, en un intento por disipar la angustia y la extrañeza que la desaparición y el silencio del narrador ha infundido en la pareja.
La historia que cuenta remite a El Álamo, un pueblo de colonización de Extremadura al que fue a parar la familia del narrador en los años sesenta. El narrador cuenta cómo escuchó ese nombre en una reunión de amigas y cómo decidió acompañar a estas al pueblo, que había sido ocupado ilegalmente en repetidas ocasiones y desalojado por la policía otras tantas. Al llegar al pueblo, se presentó ante él una Vidente, que le avisó de que recibiría una visita esa misma noche. En efecto, dicha visita fue una aparición de su bisabuelo, el Cordobés, desaparecido durante la Guerra Civil, el cual le pidió que reuniera a su descendencia para averiguar los motivos de su muerte.
Tras la aparición, el narrador fue a visitar a sus tres tías para pedirles que fueran al encuentro con el fantasma del bisabuelo. A pesar de las dudas, las tres hermanas decidieron seguir al sobrino y, mediante las indicaciones de la vidente, entraron en contacto con la aparición y se reencontraron con la casa familiar abandonada. Mientras tanto, el narrador se informó en el pueblo de Logrosán a propósito de la figura de su abuelo represaliado, y consiguió que el panadero contara su versión de los hechos: a comienzos de la guerra, las tropas franquistas asesinaron a todos aquellos jornaleros que habían participado en la ocupación de tierras de los grandes latifundios de la zona; sin embargo, el panadero le revela que su bisabuelo no fue una víctima más de la represión franquista, sino que había sido el delator de muchos de sus compañeros y que, por lo tanto, había sido asesinado por venganza o porque ya no les era útil a las fuerzas del régimen dictatorial. No por casualidad, el Álamo se levanta sobre las fosas de los cuerpos represaliados en la devesa.
Ante la llegada de las tías, se produce una discusión familiar sobre la herencia de la parcela de la casa familiar, y acaban sellando un pozo con piedras, como les había dicho la Vidente, para cerrar la historia.
Sin embargo, en el capítulo final, titulado “Archivo”, el narrador relata su visita al Archivo General de la Defensa en Madrid, donde puede leer el expediente judicial de su bisabuelo, el Cordobés, que lo saca de dudas con respecto a su condición de víctima del franquismo: el Cordobés, que había militado en el Partido Socialista, fue acusado por varios testigos de excitar a la rebelión contra las tropas franquistas, instando a los labradores a alistarse con las fuerzas republicanas. Pese a los intentos de desmentirlo, en el último documento la suerte del Cordobés queda lista para sentencia, dándose por probados los hechos de adhesión a la rebelión y la petición de la fiscalía de pena de muerte.
En la escena final de la novela, el narrador sale conmovido del archivo y va al encuentro de María, con la transcripción del expediente lista para su lectura, y esperando que la vida, de manera intuitiva, se les ordene de nuevo.