Resumen
En esta novela Ramón Saizarbitoria combina dos guerras, por un lado, la "guerra de amor" que vive el protagonista en su seno y, por otro, la Guerra Civil española. El protagonista es un vendedor de enciclopedias casado y que a menudo pasa el tiempo en la sidrería Hanbre con varios amigos de cierta edad que suelen frecuentar el lugar, escuchando los relatos de sus recuerdos de la época de la Guerra. Sabremos desde el principio que está casado con una mujer llamada Flora y que va a matarla, así que el relato empieza con un flashforward y después nos contará cómo ha llegado hasta hacerlo. Conoceremos los detalles de la relación entre el protagonista y Flora y el protagonista nos contará la época más oscura de la relación desde su punto de vista, expresando su obsesión por la relación extramatrimonial que mantenía su mujer. Sin embargo, la infidelidad no vendrá solo de la mano de Flora, ya que el protagonista conocerá a la joven llamada Violeta y el lector se convierte testigo de la dependencia que sentirá hacia ella. A medida que avanza el relato, se establece un vínculo entre las historias de guerra y la época actual de los hechos, ya que al ver la fotografía del padre del protagonista junto a un líder abertzale llamado Mikele de Abando, descubre el parecido de esta mujer con Violeta y llega a la conclusión de que podría ser su sobrina. Además, se puede decir que, más allá de enlazar los dos tiempos, el pasado penetrará hasta la casa del protagonista, que descubrirá que Violeta es al mismo tiempo amante de Adolfo, amante de Flora, y es entonces cuando el protagonista pone en marcha el plan de asesinato de su mujer.
El protagonista de esta novela se une a un grupo de ancianos que vivieron la Guerra Civil en la sidrería Hanbre y pasa el tiempo escuchando sus historias de guerra. En cuanto a cómo contar sus historias, Claudia, la única mujer, dice vivir las cosas de otra manera por el hecho de ser mujer y, en consecuencia, contarlas de otra manera (24). El protagonista recuerda entonces que Claudia contaba que escuchaba a los militares mientras trabajaba en Vitoria diciendo que los aviones estaban preparados para el bombardeo y dice que sufría pensando en sus hermanos en el frente. Tenía por lo menos dos hermanos en el frente, Modesto, el mayor, y el menor de nombre desconocido; el menor había ido a la guerra por terquedad. La madre ordenó a Modesto que cuidara bien a su hermano y así lo hizo Modesto, pero en un momento dado el menor de los hermanos recibió un disparo en el pecho y murió en el acto. Se dice que Modesto pasó dos o tres días llevando a hombros el cadáver de su hermano, porque quería enterrarlo en su pueblo natal y para que su madre viera que no lo había abandonado en cualquier sitio (25). Al final, sin embargo, Modesto decide enterrarlo en Gernika, creyendo que enterrarlo es mejor idea que hacerlo en cualquier lugar de la montaña. "Y por eso está en Gernika. ¿Verdad, hombre? ", le decía Claudia a su marido Benito al terminar el relato (26). Así pues, el hermano menor de Claudia murió en la Guerra Civil y fue enterrado en Gernika por considerarlo "mejor en el monte que en cualquier lugar" (26), muestra del significado adquirido por Gernika en la Guerra Civil; es decir, Gernika no es "un lugar cualquiera", ya que al valor simbólico que tenía desde antes del bombardeo se sumó el de ser un exponente de la catástrofe de la Guerra Civil, lo que convierte a Gernika en un lugar que "no es cualquier lugar" y un lugar para la memoria.