Resumen
En abril de 1983, el abogado Miguel Expósito recibe una llamada en la que le informan de la detención del presunto asesino de su hermano, Julián Expósito, ocurrido diez años antes, en 1973. Inmediatamente, Miguel se traslada de Madrid a Badajoz, su ciudad natal, para entrevistarse con el presunto homicida, Gonzalo Vegas. Su sorpresa es mayúscula al comprobar que es el mismo acusado quien ha contactado con el bufete en el que trabaja Miguel para convencerlo de que actúe como su abogado defensor, a pesar de que la víctima es el propio hermano del letrado.
La familia de los Expósito y los Vegas mantienen relación desde los años de la Guerra Civil. Los cabezas de familia, José Antonio Expósito y Eusebio Vegas, formaban parte de la legión cuando se produjo el golpe de Estado y fueron movilizados para integrarse en las tropas de avance del ejército franquista. Juntos, con plena convicción, participaron en la matanza de Badajoz y en la represión de los republicanos en la retaguardia. Una vez concluida la guerra, José Antonio Expósito se casó con Carmen Blanco, y tuvieron dos hijos, Julián y Miguel. Por su parte, Eusebio Vegas se casó con una mujer de buena familia, Concepción Sánchez-Arévalo del Castillo, y tuvieron un hijo, Gonzalo. Sin embargo, un hecho fatídico marcaría el devenir de ambas familias: en 1950, el padre de un represaliado republicano, Manuel Santos, quiso vengarse del asesinato de su hijo disparando contra José Antonio Expósito a la salida de misa; no obstante, el resultado fue distinto, pues acabó matando a su mujer, Carmen Blanco.
Desde ese acontecimiento, el carácter sectario y violento de Eusebio Vegas, teniente coronel de la Guardia Civil y amigo íntimo de los Expósito, se vuelve todavía más irascible. Y lo mismo ocurre con el del viudo, José Antonio Expósito; este, además, asiste al crecimiento de su hijo mayor, Julián, con una sospecha que lo llevará al desprecio absoluto, al notar cierta tendencia homosexual en su comportamiento. La vergüenza del padre se extenderá a Miguel y a la familia Vegas, e irá en aumento cuando el hijo mayor muestre su oposición a marchar al servicio militar, primero marchándose a estudiar a la universidad, y luego tratando de hacerse objetor de conciencia, hecho delictivo en la España franquista. La intercesión de Eusebio Vegas permite la excarcelación de Julián Expósito, pero no su inserción en el ejército.
Tras su paso por el servicio militar, la vuelta a Badajoz es todavía más escandalosa, porque los rumores sobre la homosexualidad de Julián van en aumento. Por eso, el repudio del padre y del hermano, así como las amenazas de muerte, son definitivas para que el joven marche a Madrid para siempre. Solo la muerte del padre, en 1973, hará que Julián regrese a Badajoz, y será en ese momento cuando encuentren su cuerpo en plena calle con un disparo mortal.
Así pues, en 1983 Miguel también regresa a Badajoz para esclarecer el asesinato de su hermano. A través de las entrevistas con Gonzalo Vegas, amigo de su hermano y enemigo tras su paso por el servicio militar; de Eusebio Vegas, el falangista amigo de la familia y padre de Gonzalo; de Melania, cuñada de Gonzalo y fiscal encargada de llevar adelante la acusación por homicidio; y de numerosos personajes implicados en la vida de Julián Expósito, Miguel logrará recomponer la vida de su hermano, tanto en Badajoz como en Madrid, y en los cuarteles del servicio militar obligatorio. De este modo, conoce las humillaciones y vejaciones sufridas por su hermano en el ejército por ser homosexual, llevadas a cabo por Gonzalo Vegas y Fernando Valera; las palizas recibidas por estos en Badajoz; su traslado a Madrid bajo el amparo de Diego Barroso, un chico del que se enamora Julián en el cuartel; y la vida oscura a la que se vio empujado Julián en Madrid, trabajando en un prostíbulo y devastado por las drogas.
Las pesquisas de Miguel, con la ayuda de Melania, también los conducen a averiguar otras verdades incómodas: la homosexualidad tapada de Gonzalo Vegas, quien siempre estuvo enamorado de Julián, e incluso llegaron a tener algún encuentro amoroso en Madrid; la homosexualidad no reconocida de Fernando Valera, quien convierte en violencia hacia los homosexuales su propia frustración, y quien realiza prácticas sexuales violentas en la capital; la condición de niño robado de Gonzalo, cuyos padres, Eusebio y Concha, robaron gracias a la intercesión de la Iglesia Católica; la infidelidad de Eusebio Vegas con la mujer de José Antonio Expósito, fruto del cual nacería precisamente Julián; y finalmente el autor del asesinato de Julián Expósito, Concha.
En efecto, Concha disparó a Julián por error después del entierro de José Antonio Expósito, en un intento por matar a su marido Eusebio. Quería acabar con los años de violencia ejercida por su marido sobre ella misma, pero también castigar su infidelidad y el nacimiento de su hijo ilegítimo. Así pues, tras el sepelio, buscó a Eusebio Vegas, quien estaba amenazando a Julián e instándolo a abandonar la ciudad de nuevo, pero el resultado fue la muerte de Julián.
Diez años después, Miguel conoce no solo las circunstancias del asesinato de su hermano Julián, sino también algunas experiencias de su vida, lo que lo lleva a un sentido de culpabilidad por haber despreciado a su hermano por ser homosexual. La novela, desarrollada en cincuenta capítulos con planos temporales superpuestos y cambio de voces narrativas, concluye con la confesión de Concha y la despedida de Miguel de Melania y Gonzalo, tras haberse esclarecido la verdad.