Paravea no infierno

Paravea en el infierno es una radiografía de la Galicia costera en los primeros años de la República.

Plácido Betanzos presenta ante el lector la vida y las costumbres de los trabajadores de nuestra costa. Hazlo con líneas precisas, con descripciones exactas y sencillas. A través de las vivencias de los personajes, el lector recibe una buena lección sobre la sociedad del primer tercio del siglo XX.
El personaje principal es Santiago el Laberco, dueño de una “dorna de catorce cuartos”. Un velero heredado de su padre. La dorna, además de ser una herramienta de trabajo y un medio de subsistencia, se ha convertido en un miembro más de la familia, e igualmente sacrificado. La tripulación la completan el hijo, Antón, y el primo, Axeitos. Santiago se casó con María, quien trabaja en la fábrica de sal. Los precios miserables que paga el fabricante por el pescado y la explotación de la mujer lo llenan de rabia y encienden en Santiago un feroz sentimiento de dignidad que espera ver restaurado con la llegada del nuevo régimen.
La suegra actúa como matriarca de la familia. El mar se llevó a su marido y a su hijo de un solo golpe. Una mujer con el poder de ver las almas y conocer sus necesidades acepta la vida con resignación, sin tener miedo de las cosas del más allá. Es el depósito de la sabiduría de la tribu, el vínculo con la tradición.
A través de los personajes conocemos la vida en Lantañón (o en cualquier pueblo marinero): el tráfico, las necesidades, las fiestas, los nacimientos, los amores, los velorios…
A veces, el gusano de la esperanza brilla en la conciencia social de Santiago. Pero por ahora vive en casa de su suegra, pobre y sin muebles. Las comodidades del hogar son un sueño. En cambio, ya basta el trabajo esclavo de todos los miembros de la familia, la posibilidad de accidentes y naufragios y la proximidad del hambre.
El contrapunto de la historia lo da Don Pascual, empresario y cacique. Él vive en un palacio y no vive en el pueblo. Se hace pasar por filántropo y la gente lo elogia porque les debe favores.
Aun así, el cacique tiene un problema con el juego (algunos dicen que su esposa incluso empezó a jugar) y pierde todo en el casino. La escena final es triste: la ruina del maestro significa la llegada de otro nuevo cuya identidad y origen se desconocen. Santiago el Laberco sólo espera que no sea peor.
Aquí termina la historia. Para conocer el final de la historia hay que acudir a los libros de texto, pero para conocer la antropología social del primer tercio del siglo XX, esta novela es un magnífico manual. (Resumen traducido de la página web de: Revolta da freixa. Bitácora de lingua sen aula)