Resumen
En el año 2004 Alba descubre, durante una visita guiada al histórico monasterio situado en un pueblo de la costa gallega, que el edificio había funcionado como campo de concentración al cual los franquistas trasladaron a republicanos desde diversos puntos de la península tras el golpe de Estado de 1936. Los dibujos y frases conservadas en las paredes de aquella antigua prisión, testimonio de presos como Eugenio Blanca, catalán internado en el campo en 1939, llevan a la protagonista a iniciar una investigación que nos permite conocer los episodios más oscuros de la represión ejercida por los sublevados en aquel lugar de Galicia: las listas negras con los republicanos que debían ser asesinados, las ejecuciones llevadas a cabo por el escuadrón de la muerte liderado por O Rubio o la violación y el maltrato al que eran sometidas las mujeres que visitaban a sus parejas encarceladas. La novela alterna, mediante el uso de varias voces narradoras, el plano contemporáneo del siglo XXI, en el que Alba trata de escribir un libro sobre la historia del campo de concentración, y el del pasado del año 39, a través del que se narra la vivencia de Eugenio en la prisión, su intento de fuga y posterior fusilamiento.
Durante el proceso de indagación, la protagonista logra contactar con la familia de Blanca y viaja hasta Barcelona para encontrarse con Joana, que le relata la relación de amor que ambos compartieron durante la Segunda República, y a Carme, la hija en común que el preso nunca llegó a conocer. Igualmente, la memoria oral de la anciana Herminia, hija del alcalde asesinado en el 36 y que había presenciado siendo niña la muerte de Eugenio, entre otras muchas, funciona como vía para acceder a la verdad sobre los trágicos acontecimientos del pasado. Con todo, será la información aportada por Laureano Pintos, sargento retirado de la Guardia Civil, la que resultará fundamental para la reconstrucción de los hechos. Arrepentido de su participación en diversas matanzas, el guardia había ido anotando en unas cuartillas, las cuales se van insertando en la novela a modo de diario, los nombres tanto de las víctimas como de los verdugos. Sin embargo, el descubrimiento de que entre estos últimos figura el del abuelo de Manuel, novio de Alba, hará que esta decida detener la búsqueda, guardar los materiales y no publicar el libro tras llegar a un pacto con su pareja.
Buena parte de los acontecimientos narrados se basan en testimonios y vivencias de personajes reales en el monasterio pontevedrés de Santa María de Oia, como la autora recoge en la nota que cierra el libro, uno de los todavía bastante desconocidos campos de concentración franquistas que existieron en Galicia. Los asuntos que vertebran la obra son el enfrentamiento y la gestión del pasado traumático desde el presente y, de manera especial, la necesaria superación del discurso de reconciliación transicional, al que hacen referencia directa los textos que abren cada una de las seis partes que conforman la novela. Reflejo claro de ellos son la historia de Laureano, el victimario arrepentido que busca enmendar sus errores, y la de Manuel, quien se ve obligado a enfrentar la existencia de un represor en el ámbito familiar, haciendo que la investigación que ocupa la trama central se mantenga suspendida durante varios años debido al pacto de silencio al que Alba se compromete con él. Finalmente, será la lectura de Si esto es un hombre de Primo Levi, durante la pandemia del coronavirus, el desencadenante de la ruptura del simbólico acuerdo en el año 2020 y de la consecuente recuperación de la memoria que permanecía ocultada.