Resumen
El libro de Alaine Agirre Bi aldiz erdu zinen nitaz, ama (2017) es más que un mero elogio a la madre de la autora. Se trata de una novela que recorre la historia de la autora y de los personajes que la rodean, un collage de vivencias: unas íntimas, otras cotidianas, otras más profundas... La protagonista presenta anécdotas de su infancia y juventud, en primera persona, a veces dirigiéndose a una segunda persona, su madre. A través de historias sencillas y cortas que saltan en el tiempo, conoceremos el pasado tanto de la protagonista como la de su familia: la enfermedad de su madre, los relatos de sus abuelos, las fricciones con su hermana... Junto a estas historias basadas en el día a día, podemos ver los signos de las inquietudes y la enfermedad de esta mujer de Bermeo. A medida que avanza la narración, y concretamente en la segunda entrega, sabremos más sobre esta lacra. En este apartado, además, la autora aprovecha la 3ª persona, autodenominándose "niña", tanto en pasajes de su infancia como en los de su edad adulta, podría ser un recurso para expresar la fragilidad del mismo personaje. Por otro lado, cabe señalar que los personajes de la novela no tienen nombre, ya que se les nombra a través de letras: A, W, P, I... Esto podría utilizarlo para transmitir de algún modo ejemplos concretos de vivencia personal que podía ser la historia de cualquiera.
Los dos grandes temas de la novela son la salud mental y la maternidad. Por un lado, mientras la protagonista lucha por la ansiedad, la depresión y la bulimia, los personajes de su entorno tienen también sus luchas internas, como las lagunas existenciales de su padre o la depresión de su abuela. Pero, a pesar de la fuerte presencia de las dolencias mentales en la familia, se nota que los personajes las viven como un tabú. Por otro lado, la maternidad tiene una gran importancia en el relato. Se profundiza en la relación de la protagonista con su madre y ésta con su madre. También se presentan los altibajos que vienen con la maternidad: depresión postparto, miedos, inseguridades, responsabilidad en el cuidado de los niños, querer ser madre y no poder... Además, en el último capítulo del relato se narra el "segundo parto" que hace referencia al título: los cuidados de la madre a su hija durante su periodo de enfermedad, veinte años después del primer parto. Se rinde homenaje al apoyo materno, al amor y a la fortaleza.
El bombardeo de Gernika se menciona en uno de los pasajes que viajan al pasado familiar, precisamente cuando la abuela de la protagonista era pequeña. La abuela se hace una herida en el ojo y tiene que ser trasladada de Lekeitio a Bilbao. Por el camino pasan por Gernika y así describe la autora la masacre perpetrada por el bombardeo: "Sólo vieron el frontón: como consecuencia del bombardeo no quedaba nada: ni alma, ni vida" (p. 78). Sabemos que no se destruyó todo el pueblo de Gernika y que hubo supervivientes del bombardeo, pero la hipérbole de esta descripción sirve para señalar el vacío y la destrucción provocada por este acontecimiento. Además, la mención al bombardeo sitúa la infancia de la abuela en la historia, en la época de la guerra y la posguerra. Hay más indicios de aquel contexto histórico a lo largo de ese pasaje. De hecho, la abuela pierde el ojo y tiene muchas dificultades en el proceso: "no había penicilina, de contrabando y si no era comprando muy caro", "durante algún tiempo tuvo el agujero (del ojo) sin rellenar. En efecto, la guerra acababa de terminar, y le tenían que traer de Alemania el ojo de cristal "(p. 79). "Le he preguntado a mi abuela si no le ha quedado algún trauma, con eso de las tijeras, el golpe y los ojos" (p. 79). El trauma de la abuela aparece encarnado: la pérdida física (del ojo) no es sustituible, como es irreparable el de los alemanes en la guerra (bombardeo de Gernika). Así, se produce un paralelismo entre el ojo perdido de la abuela y el pueblo perdido de Gernika.