Resumen
La novela Neguko argiak (2018) nos cuenta la historia de Añes y Marta. Son vascas, la primera de los alrededores de Bilbao y la segunda de Pamplona. Se conocieron en París y tras vivir juntas en aquella ciudad, han empezado a vivir en Berlín, esta vez como vecinas. Cada una de estas mujeres tiene sus propios conflictos. Por un lado, Añes deja en París a Bruno, su expareja, tras una relación muy pésima. Ahora que vive en Berlín, Añes tiene la compañía del fantasma de Esteban. Esteban es su antiguo amante, y su voz le ayudará a visitar recuerdos del pasado, y así el lector conocerá las vicisitudes de ese amor imposible. Por otro lado, Marta se ha quedado embarazada de Martín, un berlinés que conoció en París. Se movió a Berlín por ese hombre, pero la relación entre ellos nunca ha sido la mejor, porque Martín no cuenta para nada con Marta.
Elorrieta nos presenta las vivencias de estas dos mujeres en esta nueva residencia. La mayoría de las veces no se trata de hechos especiales, sino de experiencias cotidianas en la ciudad. Por el camino, Añes y Marta se juntan con otros personajes como el excéntrico vietnamita Xuan, obsesionado con los números, el carpintero Kai y el danés Lasse, conocido en el Salon Buit, que vive en una casa okupa, el japonés Emiko... Los personajes que componen esta novela son tan multiculturales como Berlín, que busca raíces en esta complicada ciudad del exilio, que se hacen compañía unos a otros. Las conversaciones entre ellos pasarán de la sociopolítica a la historia, de la música al cine, del urbanismo al anarquismo, utilizando decenas de referencias culturales.
Por otro lado, hay que señalar que el personaje de Añes se une al habitual emblema del paseante situado en la ciudad en la literatura contemporánea. Mientras pasea por Berlín explora la ciudad describiendo los diferentes aspectos de esta: tiendas, parques, edificios abandonados, miseria, gastronomía... Observa los elementos que se mezclan en este tipo de ciudades, buscando a la vez su propia identidad.
Además, Irati Elorrieta utiliza un recurso narrativo interesante en relación con el narrador. La mayoría de los pasajes están escritos en tercera persona, como si fuera un narrador omnisciente heterodiegético. Pero en otros apartados el narrador utiliza a la primera persona. Es la voz de Esteban, el personaje muerto que sale de los rescoldos de la imaginación de Añes y que se ha convertido en el protagonista. El autor realiza un juego narrativo que en principio puede confundir a los lectores porque no está del todo claro quién es el que habla.
La memoria histórica se trabaja especialmente a través del personaje de Marta, ya que viniendo de una familia carlista se habla de los requetés: "hasta que no fue mayor, el padre de Marta, Ramón, ni siquiera supo que el abuelo había sido requeté" (pág. 203). De hecho, el Abuelo y la Abuela (y no aitona y amona, en euskera) de Marta vivieron la posguerra de forma diferente porque estuvieron a favor del levantamiento. Durante la guerra civil se diferenciaron en el País Vasco dos bandos: por un lado, los carlistas o requetés, partidarios del alzamiento, y por otro, los que lucharon por la república. En la literatura vasca se ha ensalzado muchas veces la lucha del segundo grupo, la resistencia de los "héroes" o gudaris, pero en esta novela se da cuenta de una familia de perpetradores, la familia del padre de Marta.
Para terminar, en una de las conversaciones coloquiales mencionadas se hace una referencia a Gernika, en una referencia musical intertextual que aparece repetidamente en el libro. Al final del libro, Añes y Marta charlan, y Marta cuenta que en el calendario particular de la cantante Patty Smith estaba marcado el día del bombardeo de Gernika. Al oírlo, Añes responde: "Habrá que dar las gracias al señor Picasso" (pág. 275). Hace referencia al cuadro Guernica, tratando de explicar cómo esta obra integró el hecho histórico en la cultura popular mundial. Surge así un diálogo entre la dimensión alegórica e histórica del bombardeo. Marta aclara que coincidió la fecha del nacimiento de la primera hija de Smith con el 30 aniversario del bombardeo. Por lo tanto, en este apartado también se hace referencia al libro Just kids (2010) de la cantante. En este trabajo, Patty Smith explica que su parto fue muy duro y que debido a su situación socioeconómica tuvo que dar al bebé en adopción. Confiesa que se veía como un personaje que aparece en el cuadro de Picasso: precisamente como la madre que agarra al niño en brazos. La figura materna que creó Picasso fue muy fructífera a partir de la creación del cuadro, y no es casualidad que la madre inmersa en el conflicto, presa del sufrimiento, encuentre paralelismo con la madre compasiva que vive un contexto bélico.
El bombardeo de Gernika no es el único que se menciona en el libro. En otro apartado del libro se habla de la Guerra del Rif: "España experimentó con bombas químicas en el Rif y la enfermedad que trajo de la guerra de allí mató a su marido" (pág. 194). España tuvo aquella guerra del Norte de África como precedente para la Guerra Civil. Allí llevaron a cabo ataques contra civiles sembrando el pánico, como en la masacre que más adelante se llevaría a cabo en Gernika. Joseba Sarrionandia trató con más detalle el tema en el ensayo Moroak gara behelaino artean.