Resumen
Doce años y un día nos cuenta la vida de Elena, su familia y sus amigos desde 1930 hasta 1944. Su incorporación como secretaria del director de El Heraldo de Madrid, en realidad chica para todo, le permite vivir en primera línea la vibrante actualidad política y social de aquellos años a la vez que experimenta la dificultad y la exaltación de la incorporación de la mujer a un mundo hasta entonces dominado por los hombres. Hija de un comerciante librepensador, es testigo de la proclamación de la República, comienza una carrera de reportera y conoce a toda una serie de personajes, reales y de ficción, hombres pero, sobre todo, mujeres con las que se identifica y apasiona. A través de su amiga Consuelo ingresa en una logia masónica femenina de la que conocemos detalles que forman uno de los contenidos más originales e interesantes de libro. A los años de la República suceden los de la Guerra Civil que Elena pasa en Madrid y después en Barcelona hasta la huida por Le Perthus en enero de 1939. Su recorrido por Francia se acaba en 1942, cuando, arrestada por la Gestapo, es deportada a España y obligada a refugiarse en Ávila en casa de unos familiares. Allí le llega una orden de arresto por sus actividades durante la guerra y sufre acoso y humillaciones por parte de un comisario de policía. La vida gris, triste y fría de la posguerra en una ciudad de provincias la lleva al borde de su resistencia moral. Por fin, consigue huir a Francia justo antes de que la sentencien a
doce años y un día de prisión.
El libro se presenta en diecinueve breves capítulos que no siguen un orden cronológico. El narrador omnisciente se centra en la protagonista, de la que se nos detallan todos sus estados de ánimo. Los demás personajes son apenas esbozos. Escrita en un estilo cercano a la literatura popular y de fácil lectura, lo más original son los capítulos consagrados a la masonería femenina.
(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2015)