Las manos vacías

Desde un puerto francés María Rivera embarca en junio de 1939 en el buque Ipanema que la llevará, junto a otros exiliados republicanos primero a Veracruz y después a la ciudad de México. El presidente Cárdenas había decidido admitir en México a un número ilimitado de refugiados si las organizaciones republicanas en el destierro se comprometían a costear el transporte y contribuir a su instalación. Unos meses antes había partido del puerto de El Havre el yate Vita que contenía, junto a importantes documentos personales del doctor Negrín, un cargamento indeterminado de joyas, metales preciosos y objetos de valor. La novela narra la búsqueda por parte de María Rivera de una maleta con los recuerdos escritos de José Antonio Primo de Rivera que se encontraban entre los objetos del Vita. A esta trama principal se unen otras sobre los amores de la protagonista con Francisco Gran, los enfrentamientos entre los partidarios de Indalecio Prieto y Juan Negrín por hacerse con el control del tesoro del Vita y la labor de contraespionaje de agentes fascistas infiltrados entre los exiliados republicanos.
En el prólogo se nos relata la ejecución de José Antonio Primo de Rivera en la prisión de Alicante, en noviembre de 1936. La novela es un fresco histórico-político de la vida de los exiliados españoles en México, sus rivalidades y enfrentamientos por cuestiones derivadas de la guerra de España y sus relaciones con los intelectuales y artistas mexicanos. Junto a personajes inventados aparecen otros reales como Frida Kahlo, Diego Rivera León Trotsky o el muralista Siqueiros. El narrador omnisciente acierta a combinar la relación de hechos y personajes reales con otros de ficción, aunque no siempre funciona satisfactoriamente la fusión de los elementos de carácter histórico-político con los asuntos de índole sentimental. Un epílogo con datos y fechas históricos pone fin a una narración de fácil lectura y de mediano interés literario.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2015)