Resumen
Entra en mi vida se sitúa dentro de la novelística que retrata el robo de niños. La trama comienza con Verónica, una joven de Madrid, que encuentra una fotografía de una niña, para ella desconocida, mientras rebusca en la cartera de su padre. Este pequeño hallazgo despierta una duda devastadora ¿y si tuvo una hermana que desapareció al nacer? Su madre, Betty, siempre sospechó que le habían mentido sobre el fallecimiento de su hija, pero nunca había conseguido pruebas.
Por desgracia Betty enferma gravemente y será Verónica quien retome la investigación que inició su madre en el pasado (a escondidas de la familia) sobre el paradero desconocido de su hermana. Esta búsqueda la llevará por distintos espacios donde se encontrará con personas que intentarán distraerla de su objetivo principal. Esta aventura se convertirá en una espiral de dolor, ansiedad y sufrimiento, no solo por el estrés que le generará no poder avanzar, también por ver cómo, poco a poco, su familia va deteriorándose.
La novela está narrada desde dos perspectivas en primera persona, por un lado, Verónica, quien lucha por desentrañar la verdad; por otro lado, Laura, una joven cuya existencia parece estar construida sobre secretos y prohibiciones. A medida que la trama avanza descubrimos cómo estas dos vidas están conectadas. La búsqueda de Verónica, a la que luego de muchas vicisitudes se unirá Laura, las enfrenta con un sistema corrupto de tráfico de niños que dejó cicatrices en España y cuyas secuelas permanecen sin resolver aún en el siglo XXI. Ambas hermanas, separadas por el crimen del robo de niños, tendrán que hacer frente a los y las responsables, entre los que se encuentran médicos y religiosas, con astucia y mucha precaución de no ser descubiertas, esquivando a la “familia” no biológica de Laura, que incluso la mantendrá encerrada en contra de su voluntad para que no descubra la verdad sobre su origen.
La historia culmina con un choque emocional entre Verónica y Laura, quienes deben enfrentarse a una verdad que cambiará sus destinos. En este proceso, ambas descubren que la búsqueda de justicia no solo implica desentrañar el pasado, sino también aceptar las heridas y reconstruir el presente. En conclusión, Clara Sánchez refleja con un lenguaje sencillo y directo, una historia sobre la búsqueda de la identidad, los secretos familiares y la lucha por la verdad y la justicia en un contexto marcado por la permanencia de la corrupción de la dictadura en la sociedad democrática.