Resumen
El comienzo de la novela enlaza con los protagonistas e historias de los anteriores libros de la saga: Daniel Semper, que ya no es el adolescente del primer libro, sino un hombre casado; junto a él, Fermín Romero de Torres, superviviente de la cárcel de Montjuic, y David Martín, el escritor maldito de los años veinte y que había compartido celda con Fermín en la posguerra. Pero la acción enseguida se traslada a Madrid, a mediados de los años cincuenta: la desaparición de Mauricio Valls, el antiguo director de la prisión de Montjuic y ahora ministro de Franco, desencadenará una trama de persecución, asesinatos, suspense y misterios. Un nuevo personaje aparece para capitalizar la trama, Alicia Gris, mujer misteriosa y atormentada, huérfana de guerra y herida durante un bombardeo. A través de sus investigaciones, que ocupan la parte central de la narración, Alicia irá descubriendo una trama de corrupción y secretos del régimen franquista. A la vez, se irán atando cabos que el autor había ido dejando sueltos en las novelas anteriores. Al final de la novela, Julián, el hijo de Daniel Sempere, decide escribir El cementerio de los libros olvidados con la ayuda de Carax.
Novela de tipo gótico, El laberinto de los espíritus abunda en aventuras sórdidas y se desarrolla en una Barcelona embrujada y en Madrid entre los años 1930 y 1992. Alicia, el personaje central, es una criatura, "de luz y de sombras como esta ciudad"; a su lado gravitan policías, gente malvada entre los dirigentes franquistas, y mujeres desvalidas. Redactado en un lenguaje muy florido y muchos diálogos muy eficaces, el texto es a menudo irónico y en él la literatura adquiere un papel importantísimo. El narrador va creando poco a poco una metanovela, encajando una narración en otra y jugando
constantemente con la verdadera identidad del autor: a menudo este es Carax, otras es Julián Mataix, otras, Julián Sempere; poco a poco el proceso de escritura de los cuatro libros que había proyectado Julián con Carax pasó "a convertirse en un monstruo que comenzó a devorar lo que tenía más cerca, que era yo". Contrariamente al tercer libro del ciclo, en este cuarto tomo se recuerda muy a menudo la contienda de 1936 y partes enteras se desarrollan en ella: tal catástrofe nunca fue "una, sino un amasijo de pequeñas o grandes luchas enquistadas entre sí". Un narrador afirma que
"Una historia no tiene principio ni fin, tan solo puertas de entrada" y concluye que "lo más difícil para un pobre narrador atrapado en su propio laberinto" es encontrar "la puerta de salida".
(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2016)