La senyora Stendhal

En una lluviosa tarde de 1990, el hallazgo de una antigua postal entre los fondos de una librería de viejo de Gerona conmociona a Lluc, el protagonista de esta novela. Al conjuro de la imagen allí reproducida —una casita blanca en el final de un camino bordeado de árboles— rememora su infancia en una pequeña población agrícola cercana a la frontera francesa, durante los años duros de la posguerra. En el relato, los días felices junto a la familia de la señora Stendhal, que lo había acogido en su hogar tras el asesinato de su madre el último día de la guerra, contrastan con la violencia de la represión consentida por las fuerzas vivas del pueblo y exasperada por la amenaza cercana del maquis. Ahí están también los motivos de su reclusión en un internado, de su huida y de su alistamiento en una de esas partidas guerrilleras que operaban en las montañas próximas. En sus filas actuará hasta el fin de la lucha armada, cuando como muchos otros cambie el fusil por el contrabando, en su caso de penicilina. El recuerdo de las injusticias vividas en la niñez y el descubrimiento de su supuesta identidad, habían avivado en Lluc un deseo de venganza, puesto en práctica en 1965. Ahora el descubrimiento propiciado por la vieja postal dará un sorprendente y terrible giro al significado de aquel acto violento.
Inspirada en algunos hechos reales, la peripecia de Lluc, un personaje psicológicamente muy bien definido, cobra sentido en el contraste cálido de la viuda Stendhal, la figura que con gran discreción anuda todos los hilos de esta novela. Si junto a su padre y su fascinante hijo Dani conforma el grupo familiar que acoge al niño huérfano y acompaña sus primeros pasos en el pueblo, también junto a ellos constituye una representación de la desgracia de los vencidos, expuestos a la represión y a la prepotencia de los vencedores. La narración discurre con fluidez, en un ir y venir, de los primeros tiempos de la posguerra a los comienzos de la Guerra Civil en la ciudad de Gerona, para luego, tras el paréntesis del internado, centrarse en la actividad del maquis y en las dificultades de la vida en aquella población rural. A pesar del carácter folletinesco de algunos aspectos
de la trama, el autor, que despliega una nostálgica percepción del paisaje, ha conseguido una valiosa reconstrucción de una época muy difícil para las gentes de su tierra natal.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2016)