Un lugar, un tiempo, una mirada

En un lugar cualquiera, vive y vivió un hombre que describe en primera persona las viejas murallas, el centro de la ciudad con su calle Real de unos doscientos metros donde se encuentran todos los edificios principales: la catedral, el palacio del obispo, los seminarios mayor y menor, la comisaría, el cementerio, la cárcel, una casa embrujada y el parque de la villa. Allí, en el corazón de la ciudad gallega, se desarrolla casi toda la vida de los habitantes, si bien a lo largo de los siglos la población se ha ido extendiendo. En este recinto se sitúan los hechos importantes: la llegada de la Guerra Civil, los entierros, las procesiones; se cuentan los sueños de los lugareños, sus aventuras a veces peligrosas, los amores y las venganzas, los anhelos de viaje, de salir del encierro; se discuten las ideas viejas y nuevas, las relaciones con el vecino Portugal, la ionización, el sexo de los ángeles, la existencia de los espectros, etc. Destacan varios personajes, como el abuelo del narrador, Lorenzo y su diario, los hermanos Mourelo, Eustaquio y sus locas experiencias, don Puro y su venganza, etc.
Novela hecha de una serie de episodios ocurridos entre los años 1930 y 1947, sin otra ligazón que la ciudad en sí, y que el narrador recuerda sesenta años después. La lucha fratricida ocupa una pequeña parte en este libro bastante grueso: el comandante declaró el estado de guerra, hubo catorce días de tiroteos y por fin se rindieron sin resistencia los oponentes a los que se habían sublevado y que poseían las armas. Los desmanes fueron muy reducidos, pero se oían descargas de fusilería de vez en cuando al alba, hubo denunciantes, huidos y algunos ocultos fueron paseados. Sobre todo, vigilaban unos falangistas, muy mal encarados, y se oponían a cualquier desvío del ideal político impuesto.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2016)