Aucune terre ne sera mienne

Siguiendo un esquema muy frecuente en la narrativa francesa reciente sobre la Guerra Civil española, un joven recibe una carta de su abuelo español, exiliado en Francia desde la guerra, en la que le cuenta su vida. El relato mezcla capítulos en primera persona con otros en tercera para contarnos la infancia y adolescencia del abuelo, quien, de origen campesino muy humilde, es educado en el Seminario de Huesca de donde sale en el verano de 1936 tras su decisión de no seguir la carrera eclesiástica; se incorpora inmediatamente al ejército republicano y sufrirá todos los avatares de la guerra hasta su exilio a Francia. En los últimos capítulos, el nieto aparece en escena en los años noventa y concluye su particular investigación sobre la vida de su familia. Hay algunas repeticiones e imprecisiones en el relato de los hechos históricos, pero se trata sobre todo de una reflexión moral sobre la miseria, la guerra, la culpa y el exilio a través de la vida de una familia y las personas de su entorno durante casi todo el siglo XX. De lectura fácil, transmite el interés y el cariño de la autora por el asunto y los personajes.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2017)