Futuro imperfecto. El Jarama, Guadalajara, Brunete, Belchite

La novela narra diversos sucesos ocurridos en los primeros meses de la guerra de España. Distintos personajes son el centro de cada uno de los episodios narrados. Así, por ejemplo, el americano Sam, voluntario en la Brigadas Internacionales, participa en diversos combates de la Batalla del Jarama; en otra ocasión los protagonistas serán unos voluntarios navarros que se apuntan al Requeté los primeros días del levantamiento militar; milicianos voluntarios madrileños defenderán en diversos puntos (Somosierra, Guadalajara, Brihuega) los accesos a la capital (y en uno de esos episodios se narra la muerte del líder del las JONS Onésimo Redondo); otras secuencias se refieren a las batallas de Brunete, Belchite o el asedio del Alcázar de Toledo. De esta manera, con personajes diferentes y en secuencias alternantes, el autor nos va describiendo algunos de los episodios militares más relevantes del primer año de la contienda. También se describen escenas de la vida en la retaguardia madrileña. Aunque la mayoría de los protagonistas son gentes anónimas, algunas escenas tienen como protagonistas a personajes reales como Gerda Taro, las Trece Rosas, el general Mola, el ya citado Onésimo Redondo o el líder anarquista Durruti. Precisamente, la muerte inexplicada de este último da lugar a distintos capítulos en los que se avanza una hipótesis sobre las circunstancias de su muerte. Muchos de los personajes de esta novela aparecen aquí por primera vez, pero hay un hilo narrativo que enlaza con la anterior novela del autor `Pretérito pluscuamperfecto (2017), especialmente la historia de Isabel Cazorla, la joven comunista encarcelada al final de la contienda y que vive un calvario de interrogatorios, cárceles y torturas.
Hasta cierto punto esta novela continúa con personajes y episodios de la novela anterior, pero la calidad literaria de esta segunda incursión es muy superior. El autor ha sabido desprenderse de la necesidad que tenía de explicar todos los hechos y todos los personajes (lo que convertía a aquella novela en una especie de ensayo novelado) y, en general, la narración es más fluida, los personajes más verosímiles y las historias mejor contadas. En medio de la descripción de sucesos reales de carácter históricos se incluyen dos historias inventadas: la investigación policial llevada a cabo por los anarquistas para averiguar quiénes fueron los inductores y los ejecutores de la muerte de Durruti y las relaciones de Isabel Cazorla con los dos hombres que compartieron con ella algunos momentos de la guerra, el maestro comunista Hernández y el brigadista galés Thomas, posiblemente implicados ambos en la muerte de Durruti. En todo momento se procura reflejar con verosimilitud los episodios bélicos, las luchas internas de los distintos grupos defensores de la República y los excesos que se pudieron cometer durante aquellos meses. Pero nunca olvida señalar el autor quiénes fueron los responsables del conflicto, quiénes fueron los que se levantaron contra la legalidad republicana y cuáles habían sido sus motivaciones. En resumen, estamos ante una novela aceptablemente escrita, verosímil, variada en sus enfoques y sus personajes y de lectura más que recomendable.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2019)