Resumen
La obra Agonizar en Salamanca de Luciano G. Egido, reconstruye las circunstancias que rodearon la muerte de Miguel de Unamuno el 31 de diciembre de 1936, así como los últimos meses de su vida en el contexto del inicio de la Guerra Civil Española. El relato se centra en su personalidad política e intelectual, estructurado a través de una narración cronológica y apoyado en documentos, testimonios, retratos y cartas. La obra se estructura en tres partes: “Los hechos”, “Las palabras” y “La muerte”, combinando elementos biográficos, históricos y literarios para retratar la convulsión de un momento histórico crucial y la evolución del pensamiento y las emociones de Unamuno durante este periodo. El libro se inicia con una introducción centrada en el día de su muerte: el ambiente de Salamanca, el desconcierto de su entorno, las circunstancias de su fallecimiento y la conmoción pública al conocerse la noticia.
Antes de iniciar el relato sobre los últimos meses de vida de Unamuno, Egido incluye una serie de retratos del escritor para presentar su figura física y sobre todo, su personalidad. Para ello toma descripciones literarias llevadas a cabo por sus contemporáneos como Pío Baroja, Max Aub, Vicente Aleixandre, Rubén Darío o Ramón Gómez de la Serna. A través de todos ellos se muestra una visión múltiple del escritor: su físico, su actitud polémica, sus contradicciones, su carácter y su prestigio como figura intelectual.
En la primera parte del libro, la cual abarca desde julio hasta septiembre de 1936, se relata la cierta simpatía y apoyo que Unamuno mostraba por el alzamiento militar, desilusionado con el rumbo de la Segunda República. Pese a la crítica de intelectuales afines a la República y a la muerte de conocidos y amigos, Unamuno defiende públicamente a los sublevados, lo que conlleva a que sus palabras y entrevistas sean utilizadas por los sublevados como propaganda. No obstante, a pesar de que cree estar defendiendo la cultura y la civilización, su destitución como rector de la Universidad de Salamanca y las cartas que recibe como súplica para interceder por familiares represaliados comienzan a socavar sus certezas y a acumular ciertos remordimientos.
En la segunda parte, a partir de los meses de octubre y noviembre se observa una progresiva ruptura con los sublevados. En estos meses se produce el famoso discurso del paraninfo de la Universidad de Salamanca en presencia de autoridades franquistas donde defiende: “Venceréis, pero no convenceréis”, lo cual provoca la enemistad de muchos y lo lleva a una posición de completo aislamiento. Tanto la parte sublevada, como la parte republicana rechaza al escritor, lo que conlleva una reclusión personal y política. Por último, en la tercera parte del libro, se muestra la redacción de sus últimos textos, atravesados por la tristeza y la soledad. En esta parte se muestra a Unamuno cada vez más abatido, pasando sus días en silencio y reflexión. En los últimos momentos se recoge el arrepentimiento final de Unamuno respecto a su apoyo inicial a los sublevados. La obra concluye con la muerte del escritor y las diversas reacciones que ello genera, desde el lamento por la pérdida de una figura intelectual, hasta sospechas sobre las circunstancias de su fallecimiento.