Resumen
Las tres bodas de Manolita constituye uno de los Episodios de una guerra interminable, proyecto a través del cual Almudena Grandes aspiró a cubrir literariamente períodos, temas y aspectos de la guerra de España de 1936-1939, sus antecedentes y sus consecuencias y huellas en la sociedad. Hay una voz narradora en tercera persona, omnisciente, capaz de ir y venir en el tiempo, y por momentos también narra la protagonista, Manolita Perales García. El tiempo del relato que predomina es el de la década de los años 40, pero hay asimismo referencias en algunos pasajes a las décadas de los años 20, 30 y 50. Una incursión final que devela una perspectiva de algunos personajes desde la década de los 70 desenmascara la traición cometida por un personaje histórico, Roberto Conesa Escudero, alias el Orejas, que perteneció a la juventud socialista y más tarde devino delator y torturador. Como en otros abordajes suyos, la autora trata también en este caso cuestiones poco conocidas y poco estudiadas desde esferas como el discurso histórico. Son cuestiones que se manifiestan en la literatura con detalles sobre los que Grandes investigó y se documentó. Mediante la concentración en el personaje de Manolita Perales García, la novela ilumina problemáticas como el maltrato e incluso la tortura en cárceles y otros espacios de detención, la militancia clandestina durante el franquismo, el desenvolvimiento de sujetos que están fuera del sistema –presos, huidos, artistas populares, prostitutas– pero que al mismo tiempo sostienen y llevan adelante mecanismos de solidaridad y resistencia. El eje que da título y, de algún modo, estructura la novela, da cuenta de una práctica, la de una unión marital en principio impostada y planificada en función de una estrategia de lucha antifranquista, llevada a cabo en el ámbito carcelario por medio del soborno a (y el beneplácito de) un cura. Las sucesivas bodas comienzan siendo encuentros destinados a hacer viable un objetivo de la clandestinidad, pero dará lugar una profunda relación afectiva. Con esta técnica de iluminar perfiles aparentemente ligados a lo cotidiano, lo familiar, lo prosaico, la resistencia diaria, Almudena Grandes revela derivaciones de perpetración y abusos. Uno muy significativo y novedoso aquí en cuanto a su abordaje desde la literatura es el sufrimiento infringido a niñas huérfanas y su apropiación por parte de una parte de la iglesia católica, que en lugar de protegerlas las utilizaba como fuerza de trabajo doméstico en condiciones deplorables.