Resumen
Losadaren pizkundea (El Renacimiento de Losada) es un cuento que forma parte del libro de relatos Sua nahi, Mr. Churchill? (Quieres fuego/un cigarro, Mr. Churchill?). Tal y como ha subrayado la crítica, temáticamente hablando, en Losadaren Pizkundea Koldo Izagirre vuelve otra vez a sus «fantasmas habituales»: la Guerra Civil y el franquismo. Esta historia sucede en un campamento de verano del Frente de Juventudes en el transcurso de la posguerra. El relato gira en torno a las pequeñas revoluciones, el hambre de libertad y la resistencia del narrador protagonista y sus amigos ante la doctrina falangista. En este grupo de amigos o compañeros se encuentran tanto jóvenes combatientes del ejército vasco perdedores de la guerra, como niños y jóvenes reclutados a la fuerza. Las mencionadas pequeñas revoluciones se reflejan con mucha claridad en los ejemplos que siguen: alejarse más de lo permitido de las tiendas de campaña en el curso de orientación (111-113), no contestar al «Viva Franco» y al «Arriba España» del director del campamento, ignorar la orden de ponerse en fila y, sobre todo, el grito «¡Viva Vladimir Ilich!» de Losada, un chico de Trintxerpe de segundo de bachillerato (115). Losada, como castigo a tal reivindicación comunista, sufre un simulacro de fusilamiento por parte del capellán, del director y de los militares falangistas llamados al campamento como refuerzo.
Respecto al tiempo narrativo, se da la simultaneidad entre las distintas capas temporales. Llama la atención (y es una constante no sólo en este relato, sino en toda la obra) el peso de las elipsis que hay entre analepsis y prolepsis. De acuerdo con la crítica, podría decirse que el autor escribe a través del silencio. En algunos casos, se difumina el narrador homodiegético y resulta difícil distinguir la instancia narrativa. Esta "mezcla de voces y miradas" puede ser el espejo de las dimensiones culturales, colectivas e identitarias que implica el acto de recordar. Es más, según el propio escritor, «el desplazamiento del punto de vista del narrador no es una cuestión estética (...), a mi parecer, nuestra “rematerialización” ocurre en la historia. (...) Nos materializamos en la historia, porque la historia forma parte de nosotros. (...) El pasado vive en la transmisión (...) Desde nuestras derrotas hasta las actuales dificultades». Aparte de la preocupación respecto a la memoria, el autor ha subrayado que todos los cuentos que conforman la novela son «dialécticos», es decir, «los personajes desean huir del lugar en el que se encuentran, pensando que en su huida también cambiarán de época, desean huir de la dictadura y de la sensación de ahogo. (...) Por otra parte, tanto los acontecimientos como los personajes son humildes, no están mitificados y están llenos de grises».