Resumen
En julio de 1945, en París, terminada ya la II Guerra Mundial, se abre un juicio a instancias de Antoinette Sachs y del Ministerio Fiscal contra Sophie Stoffel y el matrimonio Pedro y Hélène Urraca, acusados de colaboracionismo y connivencia con el enemigo. A partir de este juicio, la novela vuelve hacia atrás, a mediados de los años treinta y se nos va contando las vidas cruzadas de estos personajes reales. Antoinette Sachs era una pintora, de origen judío, amante del líder de la resistencia francesa, Jean Moulin, que había alquilado un piso en París propiedad de Sophie Stoffel, madre de Hélène, que se había casado en el año 1930 con el agente del cuerpo de policía español Pedro Urraca. Ese piso fue utilizado fraudulentamente por Pedro Urraca para sus actividades irregulares en París, para no involucrar directamente a la embajada española. Este Pedro Urraca, al fracasar el levantamiento militar de julio de 1936, se había refugiado en la embajada de Francia en Madrid para luego escapar a Francia y, desde allí, volver a España, donde desempeñó diversas funciones policiales y de espionaje. Acabada la guerra de España fue nombrado agregado policial en la embajada de España en Francia y en ese puesto fue el responsable del seguimiento y entrega a España de los exiliados republicanos residentes en ese país en estrecha colaboración con las fuerzas alemanas de ocupación y con la policía francesa del gobierno de Vichy. Entre otras «méritos» en su haber policial, destaca la entrega al gobierno franquista del President Companys. Estaba también tras la pista de Manuel Azaña cuando este falleció en noviembre de 1940. Además de esa tarea policial, se sabe que Pedro Urraca trabajó directamente para la Gestapo y hay fundadas sospechas que traficó con vidas y bienes materiales de judíos a los que prometía visados para trasladarse a España y a los que luego denunciaba. El juicio contra Urraca se falló en 1948 y fue sentenciado a muerte en rebeldía. Pero para esas fechas Pedro, tras huir de Francia a España, disfrutaba de una pacífica existencia como policía agregado a la embajada española en Bélgica, puesto que conservó hasta su jubilación en 1982.
(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2018)