Resumen
Ariadna y Eloy se ha trasladado de la ciudad a vivir a Pueblo Chico. Tras la muerte del padre de Ariadna, oriundo de Pueblo Chico, y debido a la crisis de pareja que atraviesan, Ariadna y Eloy se mudan al mundo rural para cambiar de aires y reconducir su apatía sentimental.
Sin embargo, ante el aislamiento cada vez más acusado de Eloy, Ariadna comenzará a tratar a los habitantes de Pueblo Chico, la gran mayoría ancianos, y a conocer sus historias, entre ellas, la de Pedro. Pedro se quedó huérfano cuando su padre y su madre fueron represaliados tras la Guerra Civil; su padre, Miguel, prófugo en el monte, fue fusilado por un pelotón de falangistas comandado por Federico, un vecino del pueblo, y su madre, Lola, fue asesinada también. La escena del asesinato de su padre fue contemplada por Pedro, quien acabó matando a Federico empujándolo por una sima del monte. La muerte de Federico será un secreto que Pedro guardará para siempre: ese secreto no lo conocerá ni Teresa, la madre del falangista que alimenta cada día a Pedro y que acabará enloqueciendo ante la ausencia de los hijos; ni José, hermano de Federico, quien desaparecerá un día del pueblo sin dar noticias y no regresará nunca más de la ciudad; ni a Adela, una mujer proscrita por los vencedores, humillada y violada por soldados fascistas, que la dejarán embarazada, y con quien Pedro intimará en su juventud hasta que una noche la encontrará ahorcada en su patio; ni Andrés, hijo de Adela, fruto de la violación en grupo, y a quien Pedro cuidará hasta la actualidad como a su hermano pequeño.
Al mismo tiempo, en capítulos intercalados, mientras Eloy va y viene a la ciudad a mantener reuniones y a despejarse de lo que considera un encierro, Ariadna evoca los últimos días de su padre enfermo y el torrente de recuerdos que desató la enfermedad: la infancia como niño huérfano, la falta de familia, el abandono del pueblo, la huida a Alemania para trabajar, donde conoció a la que sería su mujer, la madre de Ariadna, la muerte de esta muy joven, la soledad, la vejez, la enfermedad.
Mientras Ariadna se siente cada vez más vinculada al mundo rural, las peleas con Eloy se hacen más frecuentes. La petición de que Eloy se reincorpore presencialmente al trabajo por parte de la empresa, habida cuenta de su falta de rendimiento, precipita la discusión y la separación entre ellos: Eloy regresa a la ciudad y Ariadna decide permanecer en el pueblo.
Una vez sola, uniendo su rutina a la de los vecinos de Pueblo Chico, Ariadna asiste al progresivo deterioro de la salud de Pedro, a quien visita frecuentemente y quien, entre delirios, comienza a relatar las historias del pasado. En una de esas visitas, Pedro le enseña una fotografía que, según dice, le pertenece: es una fotografía de Federico vestido de militar. Con ella, le revela que Federico es su tío, que su padre es José, el hermano que abandonó a la familia y el pueblo y nunca más dio señales de vida, y que su abuela es Teresa. Así pues, Ariadna regresará a la casa vacía de Teresa, José y Federico, que legítimamente le pertenece.
La escena final reproduce uno de los últimos encuentros entre Ariadna y Pedro, a punto de morir, quien cierra la novela con una pregunta: “¿A quién vas a perdonar cuando nadie te ha pedido perdón?”.