Resumen
La narración de Inazio Mujika Iraola narra las vivencias de un periodista inglés que ejerció de corresponsal en Euskadi durante la Guerra Civil de 1936. Los personajes principales son, por tanto, el periodista que habla en primera persona y el gudari Kuireka que le acompañó, ambos precisamente cuando los fascistas estaban a punto de entrar en Bilbao, se alojaban en el hotel Carlton y cuentan lo que vivía Euskadi en la primavera de 1937. El relato avanza en función de la petición que el gudari Kuireka hace al periodista inglés: básicamente le pide que difunda por el mundo lo que realmente pasó en Euskadi. Tras perder la guerra, el periodista regresa a su país natal, pero dentro de unos años, varios vascos que formaban parte de la resistencia le piden que regrese a Euskadi con la esperanza de que, conociendo su actuación pasada, su relación con las autoridades británicas ayudara a expulsar a Franco. Aunque el plano narrativo predominante es el del periodista, a ratos se habla de una "acción" que un joven vasco lleva a cabo bajo la represión del franquismo. Este joven, de hecho, participa en la acción "por Euzkadi" en homenaje a su padre, gudari asesinado, y con el regreso del periodista inglés a Euskadi coinciden los dos planos narrativos: el joven que participa en la acción es hijo de Kuireka y conoce al periodista inglés porque éste, de vuelta a Euskadi, participa en la misma acción.
Entre los hechos de la Guerra Civil en 1937 que relata el periodista, también cita el bombardeo de Gernika. En primera persona, por tanto, primero informa sobre la situación del hospital de Gernika, construido para atender a los gudaris de la zona: "El confortable mirador de la ciudad de Gernika, aunque recogido en paz con la intención de ser una casa de monjas, se había convertido antes de su conclusión en un manicomio de guerra" (pág. 36). Kuireka se encontraba en el lugar y acababa de recibir el alta, pero mientras trabajaba como periodista conociendo a los combatientes heridos y enfermos, describe las primeras acciones del bombardeo: "Comimos juntos, y después de comer, cuando estábamos en la terraza, oímos los zumbidos de comparación de los aviones. (...) De pronto oímos un tremendo tumulto y cinco más en el departamento. Conteniendo la respiración, atentos, oímos que el avión se había alejado terminada su tarea de muerte, pero no para mucho tiempo. A partir de ahí es cosa sabida para quien quiera aprender "(pág. 37). Aparece la representación histórica del bombardeo y, además, revela el miedo y el sufrimiento sentido por los vecinos, imaginando el bombardeo como un hecho traumático: "Desde aquellas horas angustiosas tengo algunas escenas guardadas en el mundo de los sueños, y alguna vez se me repiten" (pág. 38). Por otro lado, el periodista reflexiona sobre la apariencia del pueblo al día siguiente del bombardeo de Gernika: "Al día siguiente entramos en aquellas calles fantasmas que fue Gernika. No quedaba piedra sobre piedra. De entre las polvorientas casas salía fuego. En la carretera hacia Bilbao viajaban en largas colas coches, gudaris y peatones "(pág. 38.r). El escritor deja que, gracias al reconocimiento que hace el periodista, uno de los objetivos del bombardeo de Gernika era aterrorizar a la población civil y además denuncia las mentiras difundidas por el bando nacional en torno a la destrucción de Gernika, porque el lema que se repite constantemente es el de contar "toda la verdad" para hacer frente a la "desmemoria" provocada por las mentiras de Franco.