Resumen
Durante la lectura de la biografía que Paul Preston escribió sobre Francisco Franco, Franco, caudillo de España, el narrador descubre el nombre de Filek y, tras indagar en archivos y registros públicos, decide contar la historia de este personaje real.
Albert von Filek fue un químico austríaco, de orígenes poco claros, que aterriza en Madrid en 1931, vive los avatares de la República y las turbulencias de la Guerra Civil, es acusado de espía y enviado a la cárcel modelo donde traba amistad con Ramón Serrano Súñer, cuñado de Franco y futuro ministro de gobernación entre 1938 y 1940, y de exteriores entre 1940 y 1942. Una vez finalizada la guerra, trata de vender sus servicios como inventor a Franco, del mismo modo que lo había intentado con Gil-Robles o con Largo Caballero. En concreto, patenta una serie de combustibles, hasta tres distintos, que habrían de servir de fuente de riqueza para la España.
A pesar de la protección que le otorgan las autoridades franquistas, pues llegan a publicar decretos en el BOE en diciembre de 1939 declarando de interés nacional sus experimentos, los análisis de las gasolinas sintéticas revelan que son un fraude.
En 1941, merced a una sentencia de un juicio que se celebra de manera discreta, Filek entra en la cárcel provisional del Palacio de las Misiones en Barcelona y se revocan sus patentes. Tras pedir la repatriación a Hungría, en lugar de Alemania (pues Austria se encuentra anexionada al III Reich), es excarcelado en septiembre del mismo año, pero en lugar de salir del país, ingresa de nuevo en prisión en 1943 debido a la comisión de otros delitos y estafas.
En 1946 se documenta su repatriación a Hamburgo, tras ser entregado junto a su mujer, Mercedes Doménech Espinosa, a las autoridades británicas como espía nazi, y se le pierde la pista hasta su muerte el 18 de abril de 1952. En las páginas finales, el narrador constata la llegada a Hamburgo de Filek y su esposa, así como los lugares de residencia del matrimonio hasta la muerte del estafador.
Mediante el procedimiento de investigación, el narrador ofrece al lector las hipótesis más probables para una biografía de un personaje turbio, pero también recrea el mundo carcelario de la inmediata posguerra, las penalidades en las prisiones franquistas o en los campos de concentración, la arbitrariedad en los traslados de los presos, las medidas para reducir la numerosa población reclusa manteniendo los controles pertinentes o los problemas para las autoridades con determinados presos internacionales como Albert von Filek.