Resumen
Tras la malinterpretación de su novela Todas las almas como novela en clave de su estancia en Oxford como profesor, Javier Marías escribe Negra espalda del tiempo, una obra que en un principio parece explayarse en las confusiones de lectores y del propio claustro académico de Oxford a raíz de su obra, pero que es en sí un examen de los límites de la ficción y la memoria, libresca y familiar. Es complicado hablar de una trama en sí, pero se pueden localizar algunos hilos narrativos, por ejemplo, con las reacciones en Oxford a Todas las almas, que combinan tanto encuentros de Marías – o el personaje ficcionalizado de Marías – con algunos de los habitantes o relatos transmitidos a través de Ian Michael, su antiguo jefe de departamento, o su amigo Eric Southworth. Otro hilo es la investigación emprendida para recuperar información sobre dos escritores ingleses de principio de siglo, Wilfrid Ewart, Terence Ian Fyton o Hugh Oloff de Wet, figuras oscuras, prácticamente borradas de la historia, de las cuales va recuperando información gracias a distintas personas, entre las que está su amigo y maestro Juan Benet, pero también otros anónimos. Estas figuras, cuya historia es fácil pasar por alto cuando aparecen en las primeras divagaciones que componen la obra, acaban revelándose mucho más cercanas de lo que parecía a través de su conexión entre ellas, pero también por su vinculación al Reino de Redonda, estado ficticio del que Marías es el rey y cuya corte está compuesta por escritores y figuras relevantes de la cultura española e internacional. Todo esto se mezcla con la memoria propia y la memoria familiar, con la figura de su padre, acusado tras la guerra de colaboración en un diario soviético, su tío asesinado en la guerra, su familia materna de origen cubano y portadores de una extraña maldición, su hermano Julián, fallecido a los pocos años y que aparece en la portada de la obra, o su amigo, Aliocha Coll, que murió suicidándose. Todos estos materiales quedan unidos al final por su relación con la memoria, que no es solo conocimiento, sino también relaciones, creencias y personas, eso que se puede recuperar del abismo la negra espalda del tiempo, traducción quizá inexacta de una cita de la Tempestad de Shakespeare, sumida en el mismo crepúsculo entre la ficción y la realidad, como el resto de personajes históricos o ficticios del libro.